
En la actualidad comprendemos que los seres humanos existimos desde diferentes ámbitos.
Cuando hablamos de salud nos referimos al cuerpo físico, pero también a lo mental y emocional.
Esta visión holística nos ha hecho notar la importancia de entender las afecciones desde estos distintos aspectos, por lo que es común buscar técnicas que complementen los tratamientos médicos tradicionales.
Lejos de lo que muchos puedan pensar, la tarea real y efectiva de las llamadas terapias alternativas nunca ha sido sustituir los tratamientos médicos, sino de complementarlos y potenciarlos, incluyendo dentro del proceso de sanación aspectos como lo emocional y energético.
Por esta razón muchas personas suelen referirse a estas como terapias complementarias, pues este nombre engloba mejor su propósito y no deja lugar para malos entendidos
¿Qué son las terapias alternativas?
Podemos definir las terapias alternativas como aquellas técnicas, elementos y métodos que complementan los tratamientos médicos pero que se escapan del enfoque estándar de la medicina convencional occidental.
El objetivo de las terapias complementarias es mejorar la calidad de vida, ayudar a mejorar los síntomas y ofrecer apoyo extra al tratamiento establecido por un doctor.
Si bien esta definición suena un poco vaga, esto es por la naturaleza rica y diversa de las terapias alternativas, como exploraremos más adelante.
Las terapias alternativas pueden abordar distintos enfoques, técnicas y tratamientos.
Hay algunas más orientadas hacia el poder curativo de la naturaleza, otras tienen una influencia tradicional, otra se encargan de lo energético mientras que otras tantas hacen un trabajo profundo a nivel emocional y psicológico.
Lejos de lo que muchos puedan pensar, la tarea real y efectiva de las llamadas terapias alternativas nunca ha sido sustituir los tratamientos médicos.
¿Para qué sirven las terapias alternativas?
Las terapias alternativas son una opción para complementar los tratamientos médicos tradicionales y pueden ofrecer una mejora sustancial en la calidad de vida del paciente.
Ya sea porque le permite manejar de forma más efectiva los síntomas de su afección o porque resulta ser una alternativa natural y sencilla de enfrentar efectos secundarios de los tratamientos convencionales.
Pero esto no es todo. Algunas terapias naturales son una forma de integrar otros aspectos al proceso de sanación.
Dentro de la visión holística del ser humano, entendemos las enfermedades y afecciones físicas como un reflejo de nuestro mundo interno, de la mente y el espíritu.
Somos unas máquinas perfectas, así que cuando nos enfermamos, el cuerpo y la mente están tratando de decirnos que hay algo que hemos descuidado.
Ese algo que no hemos procesado a un nivel profundo, que hemos querido esconder, se ha manifestado como una enfermedad y mientras la medicina convencional se encargará de curar el cuerpo, las terapias holísticas pueden ocuparse de los demás ámbitos, permitiéndonos recobrar el equilibrio completo e integral.
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