Codos

El codo es la segunda articulación y está ligado a la espalda por el brazo. El codo representa el equivalente de la rodilla. Se trata de la articulación que dobla, que afloja, que cede. Proporciona al brazo la posibilidad de una movilidad multidireccional extendiéndola hacia todos los ejes verticales y horizontales, excepto hacia detrás, al contrario de la rodilla que tan solo dobla hacia atrás. La dificultad de ceder frente a una voluntad de acción demasiado rígida se resentirá en esta articulación. El codo representa la puerta de la aceptación con relación a la acción. También se trata de la articulación que bascula entre el consciente y el no-consciente tanto en el sentido de la densificación (del no-consciente al consciente) como en el sentido de la liberación (del consciente hacia el no-consciente). Es, precisamente, a ese nivel en el que se produce el trasvase de nuestras emociones, sentimientos o nuestras ideas de acción, siempre y cuando hayan sido aceptados previamente. Al producirse en el brazo, esta tensión está claramente relacionada con la acción, con el hacer. Aparece cuando se da la circunstancia de que alguien está actuando de una manera que nosotros rechazamos, que nos cuesta admitir o que tenemos que aceptar si nos vemos forzados a ello.

Cuando nos duele un codo, significa que tenemos cierta dificultad en aceptar alguna vivencia o alguna situación. Puede tratarse también de algo que tenemos que hacer muy a pesar nuestro y que hubiéramos preferido evitar o hacer de una manera diferente. Las tensiones en el codo nos indican que la manera de hacer, la nuestra o la de los demás, no nos conviene, perturba nuestros hábitos de acción, nuestras creencias o nuestras certidumbres.

 

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