Cuando las penas no curadas dañan nuestro cuerpo

Las penas curadas son emociones que hemos superado, ya sea a través del tiempo, del apoyo de otras personas o del propio proceso de sanación emocional. Sin embargo, cuando estas emociones no se han tratado adecuadamente y se han acumulado en nuestro cuerpo, pueden manifestarse en forma de enfermedades físicas.

 

Esto sucede porque nuestras emociones están conectadas con nuestro sistema nervioso, endocrino e inmunológico. Cuando experimentamos emociones negativas como el estrés, la ansiedad o la tristeza, nuestro cuerpo libera hormonas como el cortisol o la adrenalina que pueden afectar nuestra salud si se mantienen en niveles elevados por mucho tiempo.

Las penas no curadas terminan manifestándose de alguna u otra manera en nuestro cuerpo. En nuestros vanos intentos por no hacerles caso a todas esas tristezas internas, estas optan por activar un mecanismo que las haga hacerse oír a través de nuestro cuerpo. A esto se le suele llamar “somatizar las emociones”

 

Si no aprendemos a procesar nuestras emociones de manera adecuada, pueden generarse patrones de pensamiento y comportamiento que afectan nuestra calidad de vida y nuestra salud física. Por ejemplo, el estrés prolongado puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes y otros problemas de salud crónicos.

Las penas no curadas pueden dañar nuestro cuerpo de varias maneras. El estrés emocional prolongado puede afectar la salud mental y física. Puede causar depresión, ansiedad, insomnio, fatiga, dolor de cabeza, enfermedades del corazón, enfermedades autoinmunitarias, trastornos digestivos y otros problemas de salud.

 

Las emociones reprimidas pueden manifestarse como tensión muscular, dolor crónico, migrañas y otros problemas de salud. Las penas no resueltas también afectan nuestro sistema inmunológico, lo que hace que seamos más vulnerables a enfermedades y enfermedades infecciosas.

 

Es importante abordar nuestras penas y buscar ayuda si sentimos que no podemos hacerlo solos. Debemos transitar y procesar nuestras penas de manera saludable para evitar que dañen nuestro cuerpo.

El cuidado de la salud emocional es un componente importante de la salud en general.

Trastornos psicosomáticos y emocionales

Las emociones no curadas pueden causar trastornos psicosomáticos, que son desórdenes físicos causados por factores psicológicos o emocionales. Algunos ejemplos de trastornos psicosomáticos incluyen dolores de cabeza, problemas digestivos, dolor de espalda, fatiga crónica, asma, dermatitis, entre otros. Estos trastornos pueden provocar un impacto significativo en la vida de una persona y es importante buscar tratamiento para poder controlar tanto las emociones como los síntomas físicos asociados.

Las emociones no curadas pueden generar un sinfín de trastornos y problemas de salud mental y física, entre ellos:

  • Ansiedad: Las personas que no logran procesar y liberar sus emociones pueden desarrollar trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos de pánico.
  • Depresión: La depresión es un trastorno muy común que se puede desarrollar cuando una persona no logra superar una emoción dolorosa o traumática.
  • Estrés: El estrés crónico puede ser causado por emociones no resueltas crónicas, lo que puede provocar una variedad de problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardíacas, hipertensión arterial y diabetes.
  • Insomnio: El insomnio y otros trastornos del sueño pueden ser causados por emociones no procesadas, lo que evita que el cerebro se relaje lo suficiente para que podamos dormir.
  • Problemas digestivos: Las emociones no curadas pueden afectar la digestión, provocando problemas como la enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome del intestino irritable y úlceras estomacales.
  • Dolor de cabeza: Las emociones pueden tensar los músculos de la cabeza y el cuello, lo que puede provocar dolores de cabeza crónicos.
  • Problemas de la piel: Las emociones no curadas pueden aparecer en la piel en forma de eczema, acné y otros problemas de la piel.
  • Cardiopatías isquémicas: la tensión, la competitividad… suele derivar esta enfermedad.
  • Cefaleas tensionales: es la más frecuente entre la población general cuando tenemos un problema.
  • Asma bronquial: el estrés en general y ciertos estados emocionales pueden desencadenar crisis de asma.
  • Dolores musculares: El dolor muscular es una de las principales causas de baja laboral, y, casi siempre, está asociado a problemas emocionales y tensionales.

En resumen, las emociones no curadas pueden afectar negativamente la salud mental y física de una persona, por lo que es importante reconocerlas y buscar ayuda profesional si es necesario para superarlas.

 No merece la pena vivir una vida sin examinar”

-Sócrates-

 

Abrir puertas es liberar las penas no curadas

 

Siempre es difícil. A menudo vivimos situaciones donde nos es complicado poder reaccionar: necesitamos un trabajo para poder vivir, y los estados de estrés casi siempre están asociadas a este medio, tampoco podemos controlar todos los acontecimientos negativos que nos llegan, la vida no es un camino donde todo esté previsto y donde la tranquilidad esté asegurada…

Pero debemos estar preparados, tener armas, habilidades personales para establecer límites, para decir en voz alta aquello que queremos, para mantener una autoestima bien reforzada donde no permitir dejarnos caer en el abismo de la indefensión…

Es normal sentir nervios, miedo, angustia… pero siempre en momentos puntuales y de modo pasajero. Si esas emociones o penas no curadas persisten durante mucho tiempo nuestro cuerpo al final terminará quejándose y enfermando. Las penas interiores deben curarse, o al menos cicatrizar para poder seguir adelante con una correcta calidad de vida.

 

De nosotros depende abrir esas puertas. En nuestra mano está la propia felicidad. ¿Qué tal si empezamos a liberar todas esas penas no curadas que tanto tiempo hemos mantenido encerradas?

 

Escribir comentario

Comentarios: 0