El suplicio de ser una buena persona

El síndrome de la buena persona es un patrón de comportamiento en el cual una persona se preocupa en exceso por las necesidades y deseos de los demás, descuidando sus propias necesidades y bienestar.

Se caracteriza por la dificultad para establecer límites personales y decir “no” de manera asertiva. Las personas que experimentan este síndrome tienden a poner las necesidades y deseos de los demás por encima de los propios, sacrificando su bienestar y felicidad en el proceso.

 

Quienes padecen el síndrome de la buena persona suelen sentir una gran necesidad de complacer a los demás, buscando constantemente la aprobación y validación externa. Tienden a sobreextenderse y asumir responsabilidades excesivas, muchas veces en detrimento de su propia salud física y emocional.

Estas personas a menudo experimentan dificultades para expresar sus propias necesidades y emociones, temiendo el rechazo o el desagrado de los demás. También pueden sentirse culpables si dicen “no” o si se priorizan a sí mismos, lo que los lleva a poner las necesidades de los demás por encima de las suyas.

El síndrome de la buena persona puede afectar diferentes áreas de la vida, como las relaciones personales, el trabajo, la salud mental y el bienestar general. A largo plazo, puede llevar al agotamiento emocional, la falta de satisfacción personal y la pérdida de la propia identidad.

 

Todo empieza siendo unos niños responsables y obedientes, que hacen poco ruido en casa, no dan problemas en el colegio y su entorno los alaba por lo educados que son.

Con el tiempo crecen y se convierten en mujeres que arrastran una carga insoportable de ser siempre perfectas. Se vuelven hiper exigentes consigo mismas y se les dificulta establecer límites.

Muchas personas lo padecen sin siquiera ser conscientes de ello. Se caracteriza por una serie de comportamientos destinados a complacer a los demás, a menudo a expensas de sus propios deseos y necesidades, sin considerar las posibles consecuencias. Hay muchísimos patrones en nuestra vida que hemos normalizado; que nos hablen mal o no poner límites porque creo que no lo merezco o porque me da miedo

Causas y factores de riesgo del sindrome de la buena persona

El síndrome de la buena persona puede tener diversas causas y factores de riesgo. Si bien cada individuo es único y puede experimentar el síndrome por razones diferentes.

  • Crianza y ambiente familiar
  • La crianza en un entorno donde se fomenta el sacrificio personal en nombre de los demás, la sobreprotección, la falta de límites claros o la excesiva dependencia emocional pueden influir en la aparición del síndrome de la buena persona.
  • Experiencias pasadas
  • Traumas o experiencias negativas previas, como abuso emocional o físico, pueden llevar a algunas personas a desarrollar el síndrome de la buena persona como una forma de evitar el conflicto o ganar aceptación y amor.
  • Baja autoestima
  • Las personas con una autoestima deficiente a menudo buscan la validación externa y el afecto de los demás para sentirse valiosas. Esto puede hacer que estén más inclinadas a desarrollar patrones de comportamiento asociados con el síndrome de la buena persona.
  • Expectativas sociales y culturales
  • Las presiones sociales y culturales que promueven el altruismo excesivo y el cuidado incondicional de los demás, especialmente en roles tradicionales de género, pueden contribuir al desarrollo del síndrome de la buena persona.
  • Miedo al rechazo y a la confrontación
  • El miedo al rechazo, la confrontación o la pérdida de relaciones puede llevar a algunas personas a evitar establecer límites o decir “no”, lo que contribuye al síndrome de la buena persona.
  • Personalidad y rasgos individuales
  • Algunas características de personalidad, como ser altamente empático, tener una fuerte necesidad de agradar a los demás o carecer de habilidades de comunicación asertiva, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar el síndrome de la buena persona.

Escuchan los dramas de sus amigas; no expresan lo que sienten a sus parejas ni a sus familiares; dejan que todo pase y llega un punto en que colapsan

Consecuencias del síndrome de la buena persona

El síndrome de la buena persona puede tener diversas consecuencias tanto para el individuo que lo experimenta como para sus relaciones y bienestar general. Algunas de las consecuencias comunes asociadas con este síndrome son las siguientes:

  • Agotamiento emocional: Las personas con el síndrome de la buena persona a menudo se sobreextienden al tratar de satisfacer las necesidades de los demás, descuidando sus propias necesidades emocionales. Esto puede llevar a un agotamiento emocional, sensación de cansancio constante y falta de energía.
  • Pérdida de identidad: Al centrarse en complacer a los demás y descuidar sus propias necesidades y deseos, las personas con este síndrome pueden perder de vista quiénes son realmente. Pueden sentirse desconectadas de sí mismas y tener dificultades para identificar y perseguir sus propios objetivos y pasiones.
  • Resentimiento y frustración: Al ignorar constantemente sus propias necesidades y deseos en favor de los demás, las personas con el síndrome de la buena persona pueden acumular resentimiento y frustración. A medida que estas emociones se acumulan, pueden dañar las relaciones y generar un malestar interno significativo.
  • Baja autoestima: El enfoque excesivo en complacer a los demás y la falta de atención a las propias necesidades puede llevar a una disminución de la autoestima. La dependencia de la validación externa y la falta de cuidado personal pueden socavar la confianza en uno mismo y generar sentimientos de inadecuación.
  • Sobrecarga de responsabilidades: Al tener dificultades para establecer límites saludables, las personas con este síndrome pueden asumir una carga excesiva de responsabilidades. Esto puede afectar negativamente su capacidad para cumplir con todas las expectativas y aumentar el estrés y la presión.

Cuando ser demasiado bueno puede convertirse en un problema

El reconocido psicólogo Xavier Guix, en su obra "El problema de ser demasiado bueno", destacó la necesidad imperiosa de algunos de hacer el bien, incluso de forma patológica.

Señaló que esto puede derivar en lo que él llama "mala bondad", donde la identidad moral se ve atrapada en la imposibilidad de ser uno mismo.

El especialista destacó cuatro pilares de la "mala bondad":

  • Principio de obediencia: cumplir con todas las demandas externas sin posibilidad de desobedecer, por miedo a no ser considerado una buena persona.
  • Mandato de portarse bien: implica desvivirse por hacer que todo salga perfecto, llevando al sufrimiento y la angustia por el miedo a equivocarse.
  • Angustia de no ser bueno: constante preocupación por no ser suficientemente bueno para los demás o para uno mismo, temiendo las posibles consecuencias.
  • Ira contenida: acumulación de ira no expresada debido a la incapacidad de permitirse ser uno mismo, lo que puede manifestarse en enfermedades psicosomáticas.

Reprimir las emociones, especialmente las negativas, puede ser altamente perjudicial para la salud, tanto mental como física. El especialista destacó tres tipos de ambientes donde más se ve estas situaciones: 

  • Impacto laboral: en el ámbito laboral, ser demasiado bueno puede ser especialmente perjudicial. Guix menciona casos de trabajadores que se esfuerzan al máximo en ambientes tóxicos, lo que conduce a problemas de salud mental, estrés, ansiedad e insomnio.
  • Patrón de la buena persona: muchas veces, quienes practican la "mala bondad" siguen un patrón caracterizado por la sumisión, la autoexigencia y el miedo al conflicto. Esto puede estar arraigado desde la infancia, donde se inculca un sentido extremo de obediencia.
  • Posibilidad de cambio: a pesar de todo, Guix destaca que abandonar la "mala bondad" es posible, pero requiere de reconocimiento y entrenamiento. Reconoce que su libro pretende despertar a aquellos que aún no ven el problema, así como animar a quienes ya están en el camino hacia un cambio positivo en su vida.

Estrategias para afrontar el síndrome de la buena persona

Emociones reprimidas y salud: el viaje hacia una vida más auténtica

El cuerpo humano es como una fuente de agua, donde cada emoción tiene que fluir para mantener un equilibrio saludable. 

Algunas estrategias que pueden ser útiles para quienes experimentan el síndrome de la buena persona:

  • Autoconciencia: Tómate el tiempo para reflexionar sobre tus propias necesidades, deseos y límites. Aumenta tu conciencia de ti mismo y reconoce cuándo estás sacrificando tu bienestar en beneficio de los demás.
  • Establece límites saludables: Aprende a decir “no” de manera asertiva cuando sea necesario y establece límites claros en tus relaciones y responsabilidades. Recuerda que establecer límites no te convierte en una persona egoísta, sino que es un acto de autocuidado y respeto por ti mismo.
  • Practica la comunicación asertiva: Aprende a expresar tus necesidades, deseos y emociones de manera clara y respetuosa. Comunica tus límites de manera firme pero amable, evitando la agresividad o la pasividad.
  • Prioriza el autocuidado: Dedica tiempo regularmente para cuidar de ti mismo. Esto puede incluir actividades que te brinden placer y relajación, como practicar deportes, leer, meditar o pasar tiempo con amigos y seres queridos.
  • Aprende a recibir ayuda y apoyo: Reconoce que también mereces recibir ayuda y apoyo de los demás. Acepta las ofertas de ayuda y permite que otros te brinden su apoyo cuando lo necesites.
  • Practica el amor propio: Cultiva una relación positiva contigo mismo y desarrolla una autoestima saludable. Reconoce tus logros, valora tus cualidades y aprende a tratarte con amabilidad y compasión.
  • Aprende a tolerar el malestar: A veces, establecer límites y decir “no” puede generar cierto malestar inicial. Aprende a tolerar y gestionar este malestar y recuerda que es normal y necesario para tu propio bienestar.
  • Busca apoyo profesional: Considera buscar la ayuda de un terapeuta o consejero que pueda ayudarte a explorar más a fondo tus patrones de comportamiento y brindarte estrategias específicas para abordar el síndrome de la buena persona.

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